El taller de Mari Pino vivió un cambio a mejor, donde Saman comenzó a ser buscado para los arreglos y duplicó la clientela. La oportunidad de crecimiento era evidente, y por ello la dueña abrió un nuevo taller en el CC La Ballena.
La clave del éxito no estaba en la localización del taller, sino en la calidad del trabajo realizado, por lo que Mari Pino mandó a Saman a trabajar al nuevo local. La clientela siempre iba a más y gracias a la profesionalidad y avance de Saman.